Ingvar Kamprad, fundador de IKEA, creció en una pequeña granja sueca llamada Elmtaryd. Vivía cerca de la localidad de Agunnaryd, en la provincia rural de Småland. Este imperio de muebles le debe su inicio y su nombre a estos lugares. Kamprad dejó impreso en el nombre sus orígenes: I de Ingvar, K de Kamprad, E de Elmtaryd y A de Agunnaryd.
Ingvar Kamprad vendía cerillas antes de fundar IKEA
La mente y la visión de este empresario se forjaron nada más y nada menos que en su vecindario, cuando a los 6 años empezó a vender cerillas a granjeros de su zona. El fundador tuvo su ‘primer logro empresarial’ a los 10, cambió las entregas a pie por una bicicleta y añadió a su catálogo objetos como adornos navideños y lápices.
Pero el vecindario se quedó corto y la bicicleta, pequeña, cuando en 1943, con 17 años, Kamprad fundó IKEA. Cambió su medio de transporte por camiones de leche, en los que vendía toda variedad de productos que compraba al por mayor, como marcos de foto o carteras. Cuatro años después vio el potencial de los fabricantes locales y comenzó a vender sus muebles. Así nace el IKEA que todos conocemos.
La infancia de Kamprad fue humilde y los valores de esa época en su región marcaron el espíritu de IKEA. “Hablan de trabajo duro, frugalidad e igualitarismo arraigado en la pobreza compartida”, detalla IKEA en su página web de Suecia. Precisamente esa pobreza que vivió Ingvar Kamprad la transformó en su firme convicción de que toda persona, independientemente de su renta, debería tener muebles de calidad accesibles.
Fuentes
- IKEA Suecia.
- IKEA España.
